El libro no hacía más que descansar en la mesa, burlándose de él. En respuesta el niño intentaba apartar la vista, pero este seguía estando ahí: con su estúpida cubierta y contracubierta azul, y esas estúpidas páginas que se le hacían estúpidamente pesadas, y el estúpido chico posando al lado de una estúpida bicicleta roja […]