La habitación tenía papel pintado de flores de lis. Eso lo recuerdo con claridad. El suelo, laminado y ajado, era de color claro, como una haya en verano. Las paredes estaban llenas de mis marcas, juraría que eran blancas. Tenía el privilegio de tener un ventanuco por el que entraba luz natural a diario. Desde […]