La ciudad se extendía a sus pies. Desde aquella colina podía contemplar sus dominios. Se sentía pleno, poderoso. Sonreía. Junto a él, tendida en la fresca hierba, exhausta por la aventura vivida apenas unas horas atrás y por el encuentro casual mantenido entre ellos como premio, ella dormía plácidamente. Se mordía el labio inconscientemente, compulsivo. […]
Acaricio con delicadeza su piel. Aparta la sábana de satén negro que he puesto pensando en las mil y una batallas de aquella fría noche, para descubrir mi piel blanca, tersa que tanto desea… Nuestros cuerpos, desnudos, ardientes y deseosos de fundirnos con el otro, nos instaban a saciar esa sed de pasión y lujuria […]