Miro fijamente al fuego. Veo cómo lamen las llamas los pies de los chicos que están delante de mí. No les pasa nada, me repito. Ninguno de ellos siente dolor. Los saltos son gráciles, atléticos, incluso los de aquellos que no tienen una buena forma física. Imagino que, en mi turno, caeré sobre el trozo […]